- Hola! Qué tal señor, cómo le va?
- ...
- Señor? Están disponibles las habitaciones?
- Habitaciones? Ah... Shhssí...
- Ah bueno. Y le hago una pregunta, dónde podemos dejar las valijas cuando salimos a caminar?
- ...
- Señor?
- ... valijas? (Suspiro)
- Claro... digamos... los bolsos.
- Caminar? ... (Suspiro)
- Las dejamos en el cuarto?
- Ah, shhssí... en el cuarto...
- Bueno listo. Y tiene agua caliente todo el día?
- Agua? Caliente? (Suspiro más profundo, mirada perdida en un horizonte lejano, sopor galáctico)
- Bueno... muchas gracias, cualquier cosa volvemos señor.
- ... Agua...
Es el problema de pedir habitacion en un cotolengo.
ResponderEliminarEl sopor galactico es epico, yo creo que ese señor era algún tipo de vegetal parlante al estilo de barbol del señor de los anillos.
Abrazo!
El señor era LENTOOOOO.
ResponderEliminarMuy bueno el post de Iván. "Ese es el problema de pedir habitación en un cotolengo" Me reí mucho. Muy ingenioso.
Mirada perdida ¿tipo Psyduck?
Me causó mucha gracia este encuentro cercano de no sé qué tipo. Quizá el tipo era un alienígena y fue del tercero. O el exceso de soledad patagónica, las manos de las cuevas, las cuevas, las manos... en fin, se pueden hacer conjeturas cachescas.
Lo bueno es que se fueron. Yo no me hubiera quedado ni por broma.
Besos y abrazos para los buenos Chipás,
Pa
yo creo que los estaba haciendo desistir de quedarse ahi... seguramente era un alien que al apretar un boton hacia convertir el interior del cotolengo en un laboratorio ultrasofisticado o abria la entrada a una nave enterrada hace miles de años(?) (si vieron hombres de negro, eso puede ser muy comun)
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